miércoles, 4 de noviembre de 2020

EXPERIMENTANDO EL PODER Y LA PRESENCIA DE DIOS - DÍA 3

    

📅 Día 3: CUANDO ESTÁS DEPRIMIDO

📖 Lee: SALMOS 77: 1 - 9 (Haz clic en el versículo para leerlo 😃)

Lo admito. He estado deprimido. A la luz de todos los personajes bíblicos que pasaron por tiempos profundos y oscuros de desánimo --David, Jonás, Elías, Job, Jeremías y otros-- la depresión debería ser un tema de discusión común entre los cristianos. Desafortunadamente, a menudo se ve como una anomalía. Sin embargo, la mayoría de los seres humanos experimentan momentos de estrés, fatiga, desánimo y falta de motivación que llevan a un punto de ruptura o a una profunda desesperación. Pasé por un largo período de sentirme entumecido, exhausto y desinteresado hasta que finalmente retrocedí, descansé y empecé a ver destellos de esperanza. Tales experiencias no son inusuales en un mundo caído.


Las Escrituras nos muestran cada temporada de nuestra alma y el llanto que sale del corazón. Uno de esos gritos es el Salmo 77. No sólo revela la desesperación humana, sino también una forma de salir de ella. Nos enseña cómo recuperarnos cuando apenas tenemos ganas de hacerlo. Dios no ofrece una cura mágica o una solución única; la depresión es compleja, y él ayuda a la gente a salir de ella de diferentes maneras. Pero este salmo ofrece algunos principios comunes que podemos estudiar.


Asaf, el autor de este salmo, comienza clamando a Dios (v. 1-3). A partir de ahí, vemos una progresión extremadamente significativa: de clamar a recordar bendiciones pasadas (v. 4-6), luego hacer a Dios las preguntas difíciles (v. 7-9), elegir redirigir nuestros pensamientos (v. 10-12), elegir ver a Dios como más grande que los problemas (v. 13-18), y luego confiar en que Dios es nuestro libertador (v. 19-20). Este proceso de cambio de perspectiva re-entrena nuestros cerebros y nuestros espíritus para pensar y ver de forma diferente. Cuando introducimos este proceso de pensamiento en nuestras vidas, la depresión muy a menudo comienza a irse.


La depresión puede sentirse como un túnel frío y oscuro sin ninguna luz al final. Es fácil para la mente inclinarse hacia lo mal que están las cosas y concluir que el futuro será más de lo mismo. Sólo una reorientación de la oscuridad a la luz, de las situaciones actuales a las misericordias pasadas, de los problemas a las promesas, puede sacarnos de este problema. Al igual que Asaf, nos tomamos un tiempo de espera mental y elegimos diferentes pensamientos: "Meditaré en todas tus obras y consideraré todas tus poderosas acciones" (v. 12). Esta elección voluntaria de redirigir nuestros pensamientos, nos guste o no, cambia nuestra perspectiva. Y la oscuridad comienza a dar paso a la luz.


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