📅 Día 4: CUANDO LOS PROBLEMAS PARECEN ENORMES
📖 Lee: SALMOS 77: 10 -20 (Haz clic en el versículo para leerlo 😃)
El Elyon significa literalmente "Dios, el Altísimo". Se refiere a Dios como creador y protector del universo, reconociendo que está por encima de toda persona, poder, posición o problema. Así que cuando Asaf se refirió a Dios como Elyon en el Salmo 77:10, estaba haciendo una poderosa declaración. Se recordaba a sí mismo que su Dios no era como las deidades que los cananeos creían que gobernaban sus ciudades y las fuerzas locales de la naturaleza. Asaf estaba entrenando su mente en una nueva y verdadera perspectiva basada en estar consciente de las grandes obras y caminos de Dios.
Asaf no se detuvo ahí. Pensó en "el Dios que hace milagros" (v. 14). Se imaginó el "brazo poderoso" de Dios (v. 15). Recordó todas las veces que el pueblo de Dios necesitó ayuda y Dios los rescató, cómo las aguas se separaron, los cielos tronaron y la tierra tembló (v. 16-18). Trajo sus pensamientos de vuelta a lo básico sobre Dios: su santidad, su poder, y el amor y la compasión que lo lleva a redimir. En las profundidades de su depresión, Asaf fijó resueltamente su mente en el Dios que salva. Nada es demasiado difícil para él.
Cuando estás deprimido, las pequeñas colinas parecen montañas. Cuando persistes en la adoración, esas colinas regresan a su tamaño normal y Dios las domina en tu corazón y en tu mente. La perspectiva hace una enorme diferencia. Un pequeño problema que se mantiene muy cerca del ojo bloquea todo lo demás y lo mantiene fuera de vista. Si ves algo más, lo ves a través del lente de ese problema. Asaf demuestra cómo retroceder y ver desde la perspectiva correcta. La esperanza es un poderoso antídoto para la depresión, pero no puedes tenerla hasta que vuelvas a descubrir que Dios es un Dios grande y que los problemas son minúsculos en comparación con él.
El Salmo 77 comienza con enormes problemas y un Dios minúsculo. Termina con un Dios enorme y problemas diminutos. Así es como funciona la perspectiva. Así es como nuestra esperanza se reaviva. Y así es como la depresión pierde su poder. Todo, incluso nuestros peores problemas y dolores, se inclinan ante Dios cuando vemos quién es él.