martes, 11 de agosto de 2020

20 DÍAS CON DIOS - DÍA 12

   

📅 Día 12: Oraciones de Lamento: Cuando Dios no contesta

¿Qué hacemos cuando oramos y nada sucede? Cuando oramos por sanidad y no sanamos, cuando pedimos por un amigo o familiar para que conozca a Cristo y pareciera que cada vez está más lejos, cuando pedimos por algún matrimonio en crisis y se divorcia. Cuando anhelamos y soñamos con una respuesta de oración y esta simplemente no llega. Estas experiencias decepcionantes causan en nosotros el lamento.


Si lo que le has pedido a Dios no ha sucedido, estás bien acompañado. La oración de Jesús de ser librado de la cruz fue negada. Un poco antes de esto expresó un profundo anhelo para que Jerusalén lo aceptara a Él y a su mensaje. Pero no sucedió. ¿Qué hacemos con la decepción de las oraciones no contestadas?


Debemos aprender a lamentarnos en la presencia del Padre

David era un experto “lamentador”:”¿Hasta cuándo Dios? ¿Me olvidarás para siempre? ¿Cuánto más esconderás tu rostro de mí? ¿Cuánto más tengo que pelear con mis pensamientos y cada día sufrir en mi corazón? Jesús citó esta oración de lamento de David: Dios mío, Dios mío ¿por qué me has abandonado? ¿Por qué está tan lejos tu salvación y tus palabras tan lejanas de mi gemir? Dios mío, clamo a ti todo el día, pero no me contestas, durante la noche no estoy en silencio“. (Salmo 22) Así es como funciona: Traemos delante de Dios los anhelos de nuestro corazón. Si parece que no sucede nada, no nos rendimos. Seguimos pidiendo. Entonces escuchamos un “no”, o aún más decepcionante, ni siquiera recibimos respuesta. Empieza a parecer cada vez más fuerte que no va a suceder. El día en que teníamos que hacer el pago pasó, el enfermo de cáncer por el que estábamos orando fallece. El día de la decisión llegó, pero todavía no hay ninguna sensación de la dirección de Dios. Es aquí donde aprendemos a venir con un coraje honesto delante de Dios.


En este tipo de oración podemos muy fácilmente expresar:

Nuestras preguntas… aflicción… tristeza… decepción… ¡y hasta nuestro enojo con Dios! David dijo: “he derramado mis quejas delante de Dios y le he dicho todas mis molestias“. Nuestra relación con Dios va a un nivel completamente nuevo cuando aprendemos a lamentarnos delante de Él. Dios se encuentra con nosotros en nuestras tristezas y decepciones. Observa el patrón de las oraciones de David en los Salmos: Se lamenta y entonces hay gozo, verdad y victoria en su corazón. Un buen ejemplo es el Salmo 74: ¿Oh Dios nos has rechazado para siempre?… no vemos señales milagrosas como evidencia de que nos salvarás (¡11 versículos de quejas y lamentos¡) Y entonces el tono cambia: Tú Dios, eres mi rey desde la antigüedad, tu abres el mar con tu fuerza y quebrantas la cabeza de los monstruos marinos. Llegamos a un lugar en el cual Dios nos consuela y restaura nuestra confianza en Él. Pero debemos hablar todo con Él en el proceso, empezando por ser honestos en nuestro corazón con Él.


Dios se aparece en nuestras decepciones, aún cuando las cosas no suceden como esperábamos.

Las oraciones de lamento suenan muy parecido a la queja y los lloriqueos. Pero es mucho más apropiado (y efectivo) quejarse y lloriquear con Dios que con la gente. Debemos hacerlo respetuosamente, con sumisión a Él como el que conoce todo y el completamente sabio Dios. Sin embargo, Él no parece molestarse con sus hijos que no toman sus “no” tan fácilmente. Él no tiene problema cuando le preguntamos ¿por qué no?

Este es un buen ejemplo de un lamentador:

“En aquellos días Ezequiel se enfermó y estaba a punto de morir. El profeta Isaías hijo de Amós fue a él y dijo: “Esto es lo que dice el Señor: Pon tu casa en orden, porque vas a morir; no te recuperarás”. Ezequiel volteó su cara contra la pared y oró al Señor: “Acuérdate Señor, como he caminado fielmente delante de ti con una devoción de todo corazón y he hecho lo bueno delante de tus ojos”. Y entonces lloró amargamente. Antes de que Isaías dejara la corte, Dios le habló una vez más: “Regrésate y dile a Ezequiel, el líder de mi pueblo ‘esto es lo que dice el Señor: he escuchado tu oración y visto tus lágrimas; te sanaré. Al tercer día te levantarás e irás al templo del Señor. Te agregaré 15 años a tu vida y te liberaré a ti y a esta ciudad de la mano del rey de Asiria. Defenderé esta ciudad por mi causa y por causa de David mi siervo”.

🤔 Piensa...

No todas las oraciones de lamento tienen un final feliz, he sido decepcionado en mi caminar con Dios muchas veces, pero la confianza y la intimidad con Él se restauran cuando le expreso honestamente el coraje y molestia de mi corazón. “Tú que me has hecho ver muchas angustias y males, volverás a darme vida, y de nuevo me levantarás de los abismos de la tierra. Aumentarás mi grandeza, y volverás a consolarme…” Salmo 71. Hay una clase de intimidad que nace cuando encontramos esperanza en Él en medio de nuestras angustias y males. Una nueva confianza, una nueva fuerza, una nueva fe. Es una verdad irrefutable que, a pesar de lo que estamos pasando, Él volverá a darnos vida y de nuevo nos levantará.


🌿 Ideas para tu Oración de Hoy:

1. ¿Hay cosas que has estado 
pidiéndole a Dios que no han 
sucedido o que aparentemente 
no sucederán?

2. ¿Hay maneras en las que has sido 
lastimado, decepcionado 
o incluso te has enojado con Dios?

3. Cuéntaselo todo a Él. Se honesto 
con Él. Puedes ser tu mismo 
con respeto y reverencia delante de Él. 

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