📅 Día 9: Tipos de Oraciones: Confesión y Arrepentimiento
El pastor Ron Parish comenta en su libro: “Jamás olvidaré la primera vez que pude ser completamente honesto y abrí mi corazón confesando todos mis pecados con algunos amigos. Éramos un grupo de alumnos en la carrera que tratábamos de seguir a Jesús. Uno de mis amigos fue el primero al confesar su adicción a la marihuana y de allí, cada uno fuimos confesando nuestras mentiras, lujuria, hipocresía y más. Lágrimas de vergüenza brotaron de nosotros, pero la sensación de alegría, perdón y libertad que experimentamos al final de esa noche es algo que nunca olvidaremos”. Existe una verdad extremadamente importante que debes saber y recordar siempre: La confesión y el arrepentimiento son el único camino a una vida de libertad del poder del pecado.
Entre más invertimos en la presencia de Dios adorando y dando gracias, nuestros corazones se hacen más sensibles a nuestro pecado. Nos duele darnos cuenta de nuestros pensamientos, actitudes y adicciones que han desagradado a Dios. Podemos ver claramente la brecha que nos separa.
Expón tu corazón delante de Dios
Delante de Dios no hay excusas, no hay posiciones, no hay necesidad de impresionarlo con nuestra piedad y bondad. Él nos ve como realmente somos y él desea honestidad de nuestro corazón. Hay una libertad al exponer nuestras almas delante de Dios. Una de las tareas del Espíritu Santo es traernos convicción de pecado y cumple con esta tarea a la perfección ¿no es cierto? Podemos orar como decía el salmista en la Biblia: Examíname Dios y conoce mi corazón, prueba mi corazón, pruébame y conoce mis pensamientos, señala todo lo que haya en mí que te ofenda.
Convicción de Pecado
Cuando Dios nos convence de pecado, podemos escoger humillarnos y confesar. La palabra griega de la que se traduce confesión es homologeo, que significa homo=mismo y logeo=hablar; es decir confesión significa hablar lo mismo. Confesión es simplemente estar de acuerdo con el Espíritu Santo cuando nos dice: “Esa actitud no estuvo bien”, “Paga ese dinero que debes” o “pídele perdón a aquella persona que ofendiste”. No hay necesidad de debatir, discutir o excusarnos, simplemente nos toca aceptarlo. “Tienes razón, estoy mal en lo que dices…, lo siento, no debí hacerlo, perdóname y limpia mi corazón Señor…”. Muchas veces he utilizado el Salmo 51 como mi oración: Ten misericordia de mí Dios de acuerdo a tu perfecto amor; conforme a tu gran compasión borra mis transgresiones. Lava mi iniquidad y límpiame de mi pecado.
Importante: La oración de confesión debe incluir la aceptación del perdón, cientos de veces he orado después de confesar mis pecados: “Tu Palabra dice que si confieso mis pecados, Tú eres fiel y justo para perdonarme y limpiarme de toda maldad, así que creo y acepto esta promesa, acepto tu perdón pues cumplí con mi parte de confesarlo y sé que eres fiel para cumplir con tu perdón”.
El arrepentimiento es mucho más que sólo admitir que estamos mal.
Arrepentirse viene de la palabra metanoia que significa “cambiar de dirección” o “cambiar tu forma de pensar”. Requiere que dejemos de hacer lo que nos lleva a pecar y comencemos a hacer lo que nos lleva hacia Dios. Si pequé contra alguien debo ir y pedir perdón, arrepentimiento muchas veces conllevará pasar por conversaciones difíciles para arreglar problemas, restituir daños, confesar faltas. Significa cambio. Después de confesar delante de Dios algún pecado como la lujuria o la pornografía ¿qué haces?, ¿qué cambias de tu vida?, ¿cómo previenes que vuelva a pasar? Arrepentirse necesariamente implica ver cómo pequé y cómo hacerle para no volver a pecar. Implica poner atención a las personas, acciones o circunstancias que me llevaron a pecar y decidir cambiar todo lo necesario para dejar de pecar.
Cuando cultivamos una vida de oración diaria con Dios mantenemos nuestras cuentas cortas. El pecado no tiene oportunidad de ganar terreno ni desanimar nuestro corazón, no dejamos espacio para un sentimiento continuo de derrota y condenación pues diariamente estamos descubriendo nuestra alma delante de Dios y orando por nuestras fallas cuando van ocurriendo. Importantísimo: Sin importar si pequé o no el día de ayer, sin importar qué tan grosero fue mi pecado del día de ayer, HOY necesito pasar tiempo con Dios, confesar mis pecados y recibir el perdón. De lo contrario crecerá mi sentimiento de derrota, mi peso de condenación, mis pensamientos de fracaso, mis actitudes que me alejan de la presencia de Dios. ¡Cada día necesitamos confesar nuestros pecados para dejarlos atrás!
¿Cómo distinguir entre la convicción de pecado del Espíritu Santo y las mentiras de condenación del diablo?
Dios siempre señalará nuestro pecado, el comportamiento específico o la actitud equivocada que tenemos que cambiar. El diablo, en cambio, siempre tratará de aplastarte y derribar tu carácter. El Espíritu Santo revela nuestro pecado para restaurarnos, el enemigo lo usa para sentirnos desesperados e indignos. La sincera confesión y el cambio de dirección hacia Dios nos traen libertad.
🤔 Piensa...
¿Debes confesar tu pecado y arrepentirte diariamente?
Habrá ocasiones en las que sentirás que te arrepientes no solamente a diario sino ¡varias veces en el mismo día! ¿Por qué? Porque estaremos más conscientes de lo mucho que necesitamos la misericordia y gracia de nuestro Señor para cubrir nuestro pecado. Otros días, sin embargo, no sentirás específicas maneras en las que hayas entristecido a Dios. En ambos casos necesitamos orar, poner atención a lo que hiciste en el día y exponerte para ser limpio de todo pecado. No todos los días sentirás la necesidad de confesarte y arrepentirte. Dios sabe cuándo necesitamos hacerlo. Lo importante aquí es mantener nuestro corazón sensible y abierto para que podamos escuchar y darnos cuenta cuando Dios nos hable fuerte o simplemente nos susurre.
🌿 Ideas para tu Oración de Hoy:
Toma unos minutos e invita al Espíritu Santo a que te muestre pensamientos, actitudes o acciones que tengas y desagraden a Dios.1. Escríbelas específicamente en tu diario de oración.
2. Haz tu oración el Salmo 51 leyéndolo en voz alta como tu oración de confesión. Después lee 1ª Juan: 8-9. Óralo y créelo como una promesa para tu vida.
3. Escribe maneras específicas en las que necesitas arrepentirte. ¿Qué tienes que hacer o dejar de hacer?, ¿Qué cosas tienes que cortar de tu vida?