domingo, 2 de agosto de 2020

20 DÍAS CON DIOS - DÍA 3



📅 Día 3: Disciplina, El Secreto de la Oración

Haciendo Tiempo para Orar
Disciplina: El Secreto de una Vida de Oración

Describe tu tiempo Devocional contestando estas preguntas:

1. ¿Cuántos días a la semana haces un tiempo para conectarte con Dios orando intencionalmente?

2. Cuando oras, ¿cuánto tiempo oras en promedio?

3. En una escala del 1 al 10 ¿qué tanto disfrutas, sientes propósito y qué tanto te llenas de vida en esos tiempos de oración?

Algunos estudios han revelado que cerca del 85% de los cristianos oran menos de 5 días a la semana mientras que casi el 90% cuando ora, ora menos de 30 minutos. Estas encuestas se han hecho a cristianos que tienen al menos ¡5 años de ser cristianos! El promedio de satisfacción de su tiempo de oración entre estos cristianos es de 5 en una escala del 1 al 10 donde el 10 es lo más satisfactorio y 1 lo menos satisfactorio.

La mayoría de nosotros tenemos el deseo de pasar más tiempo con Dios a pesar de que no lo hemos logrado aún. Nuestros espíritus anhelan estar con Jesús pero nuestro cuerpo no tiene la más mínima intención de dejarnos salir de la cama para encontrarnos con Él. Pero necesitas saber que: sí es posible disfrutar tanto pasar tiempo con Dios que se vuelva parte de tu estilo de vida. El secreto está en tener la motivación correcta y decidir firmemente ser DISCIPLINADO. 

La mayoría odiamos esta última parte pero dentro de nosotros sabemos que no hay otra manera de lograrlo. Nuestra única esperanza y el único camino para entrar a una relación diaria con Dios, amarlo, conocerlo y disfrutarlo es decidir a cualquier costo ser disciplinados en nuestra relación con Él.

DESEO llevado a través de la DISCIPLINA genera el DELEITE.

¿Quieres disfrutar tu tiempo con Dios? ¿Quieres conocerlo? ¿Quieres enamorarte de la Biblia? No hay otro camino, no hay otra manera: Necesitas disciplinarte. Mientras no decidamos hacer espacio en nuestra agenda para buscarlo, esto por sí solo nunca sucederá. Será solamente un anhelo, un buen deseo y nada más. Una reconocida mujer de Dios decía “Si realmente deseamos orar y queremos orar, tenemos que estar listos para hacerlo ahora mismo… pero si nunca damos este primer paso con determinación nunca alcanzaremos el último paso: la presencia de Dios”.


Algunos quisieran mejor orar por unos minutos un par de veces durante el día, como para decir que oran sin cesar, pues fijar un tiempo suena muy rígido, muy estricto, muy legalista. Pero podemos orar mejor y mantener todo nuestro enfoque en Él cuando fijamos un espacio para estar a su lado sin distracciones. John Dalrymple decía. “La verdad es que uno no aprende a orar todo el día hasta que decide primero orar siempre algo del día”. No es tan complicado. Lo agendas, lo haces. Si no lo puedes hacer, pide ayuda.

Agendándolo

Busca el mejor tiempo del día para conectarte con Dios. Algunos usan la mañana levantándose más temprano, otros su hora de receso, otros en la noche cuando el día y las responsabilidades terminaron. Pero recuerda esto: Si no estableces una hora determinada, nunca lo harás. Es como cuando le dices a un amigo: “A ver si comemos un día de estos…” y nunca lo hacen. Puedes seguir diciendo lo mismo y teniendo la misma buena intención durante 10 años. Hasta que no defines el día, la hora, el lugar, nunca se hace real.

¿Cuánto debo orar?

La mejor respuesta es “suficiente”. Ora hasta que sientas paz y libertad en tu corazón del estrés y las angustias, hasta que hayas dicho las aflicciones que traes en el corazón, hasta que hayas derramado la gratitud, el llanto, la alegría que te provoca el día con día. Ora hasta que confieses tus pecados, hasta que aceptes su perdón, hasta que estés en condición de escuchar todo lo que Él vaya a decir en ese momento o el resto del día a través de lo que suceda. ¿Cuánto tiempo es eso? Pueden ser 15 minutos, generalmente te tomará 30 minutos diarios al menos. Sin embargo, lo importante no es completar una cantidad de tiempo, sino es abrir el corazón, confesar, aceptar la libertad, hablar, ser uno mismo sin reservas. El tiempo variará y generalmente tiende a ir aumentando con el tiempo pero no es una regla.

¿Qué pasa si no tengo ninguna sensación o emoción en mi tiempo de oración?

¿Qué hay de aquellos tiempos de sequía en nuestras vidas? Tú sabes, esos días que pareciera que Dios está lejos y que las oraciones apenas salen de nuestra boca y caen pesadamente al suelo. Todos hemos tenido esas temporadas. Pero cuando uno busca dentro de su corazón y expresa cómo se siente, aun decirle a Dios que se siente distante, seco o lejos causa algo dentro de nosotros que nos acerca hacia Él. Es como si un pequeño rayo de luz entrara, una pequeña planta de alegría comenzara a crecer. Cuando te sientas así, no hay otra opción, no hay otra solución, sólo hazlo. Ora. No hay otro remedio para la sequía y la distancia que sentimos que orar. El pastor Dante Gebel dijo una vez: “Orar es como sentarse a comer a la mesa con mi padre, no importa lo que haya sucedido en el día, siempre tengo derecho a hacerlo, siempre necesito hacerlo, es parte de mi vida, de mi crecimiento, de mi salud, de mi convivencia con Él”.

Hay mucha gente que ha tratado de establecer un tiempo con Dios y ha fracasado. La culpabilidad y la frustración parecieran apoderarse de uno en tal grado que ni siquiera quisiéramos intentarlo otra vez, nos sentimos avergonzados, malos cristianos fracasando vez tras vez. El secreto de ser consistente es la perseverancia. No alcanza aquel que deja de intentar, sino aquel que no deja de persistir. Obtiene la victoria el que intenta, el que sigue esforzándose, el que no se rinde, el que está dispuesto a intentar hasta que alcance lo que persigue.


Necesitas aprender a volver a empezar cada vez que sea necesario. Si fallé el Lunes, vuelvo a empezar el Martes, o el Miércoles. Lograr conectarme con Dios 2 ó 3 días a la semana es mucho mejor que nunca hacerlo. Los nuevos inicios eventualmente se convertirán en un hábito. En un estilo de vida.


“Pero yo no soy una persona disciplinada…”

La mayoría no lo somos, es ahí donde necesitamos el Espíritu de Dios. Necesitamos pedirle que motive nuestros corazones. Una difícil decisión, una aflicción, un evento importante, una experiencia en su presencia. Todas son buenas motivaciones para volver a empezar. Recordarnos continuamente que no podemos hacer algo sin él, que decidir orar es decidir amarlo, recordarnos que la oración es poder y no deber y mantener expectativas altas nos ayudará a mantenernos necesitados de orar.

Pide ayuda si la necesitas

La mayoría necesitamos rendir cuenta hasta que se convierte en un estilo de vida, hasta que la oración se convierte en un DELEITE. Un grupo de amigos que se pregunten entre sí continuamente “¿cómo vas?” ayuda mucho. No hay mejor amigo que aquel que entiende que el mayor amor y bien que puede hacerle a su amigo es motivarlo y empujarlo a mantener una relación diaria con Dios. Hay mucha ayuda en una comunidad cristiana. Ponte de acuerdo con otros de orar a la misma hora y llámense para asegurarse que lo están haciendo. Busca a alguien a quien enseñar a orar para afirmar los principios y el compromiso.

¿Alguna vez será fácil orar diariamente?

El pastor Dante Gebel contó en una ocasión lo siguiente: “El inicio de nuestro ministerio (de su esposa y suyo) fue el obligarnos cada día a ponernos de rodillas juntos y buscar a Dios. No llega el día en que a uno le encanta levantarse temprano, la carne no se rendirá…” Fred Stoeker y Steve Anterburn, dos escritores reconocidos afirman que “La obediencia es la única esperanza, Dios está buscando hombres que quieran precisamente eso, portarse como Hombres cuando se trata de buscarlo a Él”.


La primera sensación cuando suena el despertador para orar siempre será querer dormir más. Es como diría alguien: “Algunas mañanas puedo tomar el elevador al Cielo para encontrarme con Dios, pero la mayoría de ellas tengo que subir por las escaleras.”. ¿Batallas para levantarte? ¡Comienza a dormirte más temprano! Es tan simple como una decisión. apagar el televisor o el videojuego más temprano o desvelarme, platicar una hora más en el restaurante o irte a la cama más temprano. Es una decisión. A veces la disciplina que nos falta no es la de poner la alarma temprano y apagarla cuando suene. Es la de irnos a dormir más temprano.


🤔 Piensa...

No hay nada que merezca más nuestra energía y nuestro enfoque que pasar tiempo con Dios, porque Él es vida para nuestra alma. Siempre hacemos lo que creemos que es más importante para nosotros. Uno no empieza a hacer ejercicio cada día hasta que le dicen que tiene problemas de colesterol o del corazón, porque su vida depende de su ejercicio diario. ¡Tu vida cristiana y tu relación con Dios dependen de tu oración diaria! Ora como si tu vida dependiera de la oración, porque la verdad es que sí depende de ella.

🌿 Ideas para tu Oración de Hoy:

1. ¿Cuál es el mejor tiempo en tu día para separar un momento para orar? Encuéntralo y ¡Sepáralo!
2. Agenda un tiempo específico para orar mañana. Hoy es un buen día para comenzar una rutina nueva. 

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